Cuento

En el mundo de Jimo vivían personas felices y contentas, hasta tal punto que no llegaban a preocuparse por nada, todos los problemas eran ignorados, no había leyes, ni discusiones, ni peleas, solo risas y buenos momentos. Todo el mundo era así excepto un pequeño pueblo llamado la Máquina. Era un lugar oscuro y tenebroso, donde nadie nunca se atrevía a entrar, ya que decían las leyendas que quién intentara entrar nunca regresaba. Lo que los habitantes de este mundo desconocían  es que en Máquina habitaban personas como ellos que se dedicaban a que el mundo funcionase perfectamente, de ese modo los demás habitantes podían vivir felices y contentos. Los pocos valientes que se aventuraron a entrar en Máquina, se quedaron maravillados de los corazones de la gente que se dejaban la piel para que una mayoría viviese en paz y se unían a su causa de inmediato, comprendiendo así que la felicidad de los habitantes de Jimo era gracias a la ignorancia de lo que pasaba en la Máquina.