lunes, 2 de enero de 2012

Descripciones

Al sur de España se encuentra el lugar donde he pasado los mejores veranos de mi vida. Es un pueblo costero pequeñito que pertenece a Chiclana (Cádiz). Sus calles, llenas de luz, van a parar a la playa de La Barrosa con su arena tostada bañada por las aguas limpias y cristalinas del océano Atlántico. En todas las edificaciones prevalece el color blanco, aunque hay construcciones más modernas con otros colores, todos son tonos pastel y transmiten la sensación de tranquilidad típica de Andalucía. El paseo marítimo bordea la playa y siempre es un hervidero de actividad, durante el día un sinfín de chiringuitos, bares y restaurantes con su famoso “pescaíto frito” atrae a todo tipo de turistas, y por las noches, cientos de puestos ambulantes ocupan el espacio que ocupaban las terrazas de los bares. La calle paralela al paseo marítimo, nos ofrece la mejor heladería que he conocido “La Chiclanera” con unos helados artesanos que cuando los pruebas, es imposible no querer más.

Hacer una descripción de uno mismo siempre es algo complicado, pero intentare hacerla lo más sincero posible. En primer lugar me considero una persona viva, despierta, que le gusta vivir cada momento y sacar todo lo posible de cada situación. Solo acepto las cosas claras, no me gusta que la gente se ande por las ramas para decir o hacer algo. Soy bastante amable con la gente que me rodea en cada momento y por lo general me gusta ayudar. Por otro lado también reconozco que soy bastante chulo y a veces demasiado orgulloso, lo que me ha provocado algún que otro problema. No me cuesta nada expresar mis sentimientos a la gente de confianza, pero no estoy con ello todo el día en la boca. En resumen soy una persona amable, divertida, comprensible y ha veces un tanto chulo.


Pedro trabaja 12 horas al día tras la barra de un bar, es una persona callada que observa y escucha a sus clientes pacientemente día tras día. Sus ojos color avellana vagan por la estancia de derecha a izquierda registrando las caras y las expresiones de la gente. El pelo color chocolate, le cae sobre las pobladas cejas que enmarcan las cuencas de sus ojos, su corte de pelo es clásico y algo descuidado. Tiene una piel morena y demasiado curtida para su verdadera edad, las ojeras que anidan debajo de sus ojos le hacen tener una expresión seria que se acentúa con sus rasgos angulosos y afilados. Su nariz es fina y elegante y su mandíbula cuadrada y fuerte. Muy poca gente ha conseguido arrancarle una sonrisa, pero siempre su gesto se torna amable cuando alguien decide abrirse a él y contarle su historia, no suele hacer comentarios a estas historias, pero el que las cuenta siempre se marcha con la seguridad de que le han comprendido y que volverá.

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